lunes, 6 de septiembre de 2021

La Colección CIA de Editorial Dólar

 @magdarevetllat




De las variadas colecciones editadas por Dólar la de CIA tuvo bastante difusión, se editaron 250 títulos de distintos autores y la trama era siempre la resolución, por parte de agentes del CIA, de casos de interés político, sobretodo de aquellos que pudieran afectar a Estados Unidos en relación con otros países.





Los lugares donde se desenvolvía cada trama eran de lo más variado: La Habana, Rumanía, Italia, Mozambique, Japón, Corea... Los hombres del CIA actuaban donde fuera necesario.


Las portadas verdaderas obras de arte de cartelistas profesionales, en ocasiones eran tomadas de escenas de películas siendo los personajes representados reconocidos como James Cagney o Humphry Bogart, Rita Hayward o Edward G. Robinson:








Otras evocaban los lugares exóticos en los que se iba a desarrollar la aventura, llamando así la atención del lector y comprador:



Y otras buscaban el interés del lector por la mirada desafiante del gangster:



O por la dramática escena que se mostraba:




Las portadas merecen capítulo aparte por su diseño, encargado a propósito para cada novela. 


La ficción creada en cada aventura se rodeaba de la creada alrededor de la colección ya que se publicitaba mencionando a "los escritores de fama internacional", todos ellos españoles que escribían bajo sugerentes seudónimos. La carta de John Lack, dirigida a sus lectores, ayudaba a formar la atmósera de interés de sus "autores internacionales" y que se publicó en la novela "¡Forajidos!", número 30 de la colección:






Igualmente, para alimentar la ficción de las novelas, los autores las acompañaban de notas que daban a la ficción unas pinceladas de realidad, como en el caso de la novela "El Gran Enigma", número 210 de la colección, en la que el protagonista de los hechos da permiso a Riswing Dane para que sean publicados:





Si bien las historias eran basadas en algún episodio histórico con datos sobre la agencia y sus representantes y revestidas de ficción, también personajes de ficción eran los autores al crear un mundo paralelo de autores internacionales que, en ocasiones, se dirigían a sus lectores, como el saludo desde Chicago de Jack Brooklyn en Paralelo 38, número 87 de la colección:



O la breve explicación publicada en ¡Alarma!, número 88 de la colección, por parte de John L. Martyn, sobre las dificultades de narrar hechos verídicos y convertirlos en una novela al gusto de los lectores:




Cómplice de la fantasía que envolvió a estos estos escritores, en ¡Alarma! la editorial publica que L. Mayfer, "de paso por nuestra península", ha entregado otra novela: 



Aquí la editorial anuncia la incorporación del famoso escritor húngaro John Ruzakosta, seudónimo de Juan José Ruiz Acosta: 




Muchos son los ejemplos de esta atmósfera de escritores internacionales, como en este sentido mensaje (Núm. 127 Armas secretas):






Para fidelizar a sus lectores la colección añadía información sobre el funcionamiento de la organización C.I.A. 











y sobre la propia editorial:





Sabiendo que muchos lectores tienen anhelos de escribir, la editorial promovía concursos para atraer nuevas posibles firmas a la vez que mantenía el interés en la editorial y sus colecciones:



Curiosamente el que figura como número 0, no se publicó al principio sino cuando la colección ya llevaba unos cuarenta ejemplares de vida:


Otra manera de mantener a los lectores fidelizados era el concurso CIA, que además incitaba al lector a leer otros números de la colección: 



Pero sin duda el más curioso fue el concurso "Yo acuso" en el que se preguntaba a los lectores qué autores preferían y cuales no les gustaban:





La Colección CIA terminó con el número 250 bajo el título de El CIA triunfa y, para complacer a los lectores según anuncia la editorial, se reeditó una selección de números bajo la nueva colección Espionaje:








Esta reedición, bajo la faceta de nueva colección, no tuvo gran repercusión, en las portadas no figuraba el título y podían ser usadas para más de una novela. Acabó casi tan pronto como había empezado. 










Los que contribuyeron a esta colección fueron pioneros en la novela divulgativa, se vendía en quioscos y era adquirible para cualquier presupuesto. Muchos lectores se iniciaron con estas humildes en apariencia, pero grandes obras en su contenido.

No las olvidemos.